Quise pronunciar tu nombre.
No he podido…
Se detuvo mi voz en un instante
como algo imposible y olvidado.
El eco de tu voz, aquél que alado
estuvo en mis oídos muy cercano
dueño de mi sentir, de mí tirano
quise escuchar, y en vano lo he intentado
Sentí entonces un dolor inmenso.
Como el que se siente junto a un muerto.
ajeno a nuestro amor, desconcertado.
¡Y no pude saber, de ningún modo
si el dolor fue por algo, o fue por todo
quise recordarlo, pero no lo he logrado!
Eli
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