Despediste al invierno que ya estuvo
largamente albérgandose en tu seno
mas no olvidaste formas ni colores
ni la plenitud de tu rostro verdadero.
Testigo mudo, confidente, congelado
ya te alejaste con tu rostro fugitivo
dejando solamente lo que veo
la soledad de muchos pétalos caídos.
Palidece el día y en la estancia
donde la claridad se hace fragancia
muere el invierno y su nostalgia
y enciéndese la gloriosa primavera.
Es un día espléndido, de rosada tarde
la luz radiante hace que todo brille
la brisa teje al sol su enredadera
y muestra ante nosotros su paisaje.
Mi alma recoge su postrer dulzura
cruzando la penumbra del ocaso
unida a su fragante primavera
crece una hermosa rosa florecida.
La vista busca en los jardines
el vestigio angular de su belleza
y en esta imprevisible noche
observo el titilar de las estrellas.
Eli
largamente albérgandose en tu seno
mas no olvidaste formas ni colores
ni la plenitud de tu rostro verdadero.
Testigo mudo, confidente, congelado
ya te alejaste con tu rostro fugitivo
dejando solamente lo que veo
la soledad de muchos pétalos caídos.
Palidece el día y en la estancia
donde la claridad se hace fragancia
muere el invierno y su nostalgia
y enciéndese la gloriosa primavera.
Es un día espléndido, de rosada tarde
la luz radiante hace que todo brille
la brisa teje al sol su enredadera
y muestra ante nosotros su paisaje.
Mi alma recoge su postrer dulzura
cruzando la penumbra del ocaso
unida a su fragante primavera
crece una hermosa rosa florecida.
La vista busca en los jardines
el vestigio angular de su belleza
y en esta imprevisible noche
observo el titilar de las estrellas.
Eli
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