No has venido, hijo mío
deseo mirarte y no te veo
escucharte y no puedo.
Hablar, dialogar contigo.
Mis puños sacuden impotencia.
Mi voz se pierde en un eco.
Quisiera estar cerca y no te tengo.
Hay recuerdos y ojos humedecidos.
En nuestro hogar se respira
la ausencia de tus pasos
el sentimiento espera
el sabor de tus caricias
¡Te extraño! Se me hace vértigo
tu presencia acostumbrada.
Mis horas recorren…
Angustia desvelada.
Espero verte pronto hijo mío.
Eli
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