Me asomo y veo que la luna está pálida
titilan las estrellas brillantes y lejanas
entono un canto triste lanzado a las alturas
es llanto contenido, algo que en mí desata.
Le llevo a los astros mis ansias de impotencia.
Mi desamor, mi sed que nunca fue saciada
le canto a la tristeza de la esperanza muerta…
de tantos sueños truncos, de tanta ilusión vana.
Hoy, le tiendo las manos para encontrar apoyo
como si fuera inválida, y una esperanza aguardo.
Yo le tiendo las manos que recogí vacías…
Sí, esas pobres manos que no recogen nada…
Yo le pido a la calma que aguarde sin que llegue
y al olvido que no se apura nada.
He perdido energía, para seguir la marcha
porque la cruz me agobia y es dura la jornada.
Así, suelo por las noches salir de mi escondite
porque para mis penas, la noche llama a un ángel
y entonces se convierte en historia vacía…
la calma que yo busco, la tiene mi amor guardada.
Yo sé que me sosiego mirando las estrellas
de tanto observarlas me siento iluminada
la luna me sonríe como una amiga buena
¡Si hasta Jesús parece acercarme una mirada!
Me asomo así a la noche; en su contorno oscuro
recuesto entre mi pecho el frío de mis ansias.
La noche con sus astros que son fieles amigos
irán de su mano por rutas ensoñadas.
Y yo me quedo sola mirando hacia el cielo
observando las nubes que no me dicen nada
Eli
titilan las estrellas brillantes y lejanas
entono un canto triste lanzado a las alturas
es llanto contenido, algo que en mí desata.
Le llevo a los astros mis ansias de impotencia.
Mi desamor, mi sed que nunca fue saciada
le canto a la tristeza de la esperanza muerta…
de tantos sueños truncos, de tanta ilusión vana.
Hoy, le tiendo las manos para encontrar apoyo
como si fuera inválida, y una esperanza aguardo.
Yo le tiendo las manos que recogí vacías…
Sí, esas pobres manos que no recogen nada…
Yo le pido a la calma que aguarde sin que llegue
y al olvido que no se apura nada.
He perdido energía, para seguir la marcha
porque la cruz me agobia y es dura la jornada.
Así, suelo por las noches salir de mi escondite
porque para mis penas, la noche llama a un ángel
y entonces se convierte en historia vacía…
la calma que yo busco, la tiene mi amor guardada.
Yo sé que me sosiego mirando las estrellas
de tanto observarlas me siento iluminada
la luna me sonríe como una amiga buena
¡Si hasta Jesús parece acercarme una mirada!
Me asomo así a la noche; en su contorno oscuro
recuesto entre mi pecho el frío de mis ansias.
La noche con sus astros que son fieles amigos
irán de su mano por rutas ensoñadas.
Y yo me quedo sola mirando hacia el cielo
observando las nubes que no me dicen nada
Eli